Los primeros registros de la actual parroquia de Puerto Cayo datan del año 1763 –debido entre otras cosas a la poca información existente producto de la oscuridad en que se desarrolló la época colonial– época durante la cual se sintió la amenaza por de los españoles de apropiarse de propiedades comunales; tal y como ocurrió con las tierras de los indios de Santa Elena; la población indígena de Jipijapa solicita a las autoridades respectivas que se les reciba una información sumaria para probar que estos venían gozando desde hace muchos años atrás de estas tierras.
Dentro de este largo proceso se realizó un sinnúmero de mediciones en donde se describen situaciones de diversa índole, entre estas la visita al paraje de San José; el cual es lindero con Montecristi y limita con la playa cercana a la localidad de Cayo; donde una comitiva encabezada entre otras autoridades por el cacique Manuel Inocencio Parrales I Guale disponen que el río de este mismo nombre sea el lindero de Jipijapa. La comitiva continúa con su recorrido llegando a Cayo, Aquaque y San José donde observan lo que textualmente se detalla a continuación:
“En Cayo hay una pequeña vertiente, y a distancia de una legua existe una quebrada donde también existe agua por espacio de cuatro cuadras. Aquí sacian su sed las bestias, que día y noche acarrean verduras y plátanos para el servicio del pueblo de Jipijapa. Las tierras húmedas que proveen del alimento a Jipijapa y Montecristi están a dos, tres y más leguas de la población, lo que exige un continuo servicio de arreas (bestias de carga). En general son terrenos prodigiosos para la agricultura, pero faltos en lo absoluto de agua corriente. La provincia debió ser muy húmeda en época no muy remota; quizá así se explica la fertilidad de la tierra”
Fuera de esta vertiente y quebrada, Cayo carece de agua en el contorno de cuatro leguas a la redonda, pero siguiendo hacia el norte, por la playa del mar e introduciéndose legua y media al interior se llega al paraje de Aquaque, muy abundante en platanares y donde también hay huertas de cacao. Aquí se experimenta invierno cuando en el resto de la provincia es verano.
Puerto Cayo es elevada a parroquia un 20 de Abril de 1911 consideración que se hace con relación a que la población conforma una agrupación importante por su comercio, riqueza y calidad de puerto habilitado, haciéndose indispensable la presencia de autoridades del orden político para mayor seguridad de los asociados con lo que se inicia el desarrollo de la parroquia.